miércoles, 1 de enero de 2014

La magia que esconde el "ok"

 Me pongo una mano en el corazón, me sincero conmigo y con los demás: odio el ingles. No sé si será por el rechazo que le tengo al Imperio, por los dolores de cabeza que me generó durante la infancia o porque todavía no pude entender el idioma. Sin embargo, el desprecio no llega a ser ceguera. Pues soy consciente de la magia que contienen algunas de sus palabras. Una de ellas es el OK.

¿Por qué digo que guarda cierta magia? Simple. Porque si bien conocemos su significado, la mayoría de las veces le damos una utilidad distinta a la que verdaderamente tiene. 

CASO I
 Un clásico es usar el OK para mostrar enojo y despertar la irritación del otro. A mi entender, vendría a ser una forma elegante de mandar a la mieRRRRRRRRRRda a alguien.
(No hay que olvidar que, como decía Fontanarrosa, el acento de la palabra "mierda" está en la "r")

- ¿Te parece que vaya a tu casa a eso de las 17?
-  ¿¡Ehhhhhhh!?
- Habíamos quedado que hoy iba... 
- ¿Si?
-  Si
- Bueno, pero yo no voy a estar en casa. 
- ok

CASO II
  Este vendría a ser hermano del caso anterior. Su efecto no varía, sino que se busca potenciarlo con una palabra que le resulte complementaria. 

- ¿Te parece que vaya a tu casa a eso de las 17?
 -  ¿¡Ehhhhhhh!?
- Habíamos quedado que hoy iba... 
- ¿Si?
-  Si
- Bueno, pero yo no voy a estar en casa. 
- ok. Beso

    En esta ocasión resulta importante aclarar que puede producirse un efecto revote que termine despertando la peor de las tempestades ¿Cómo se produce ello? Con una simple contestación.

- ok. Beso
- Beso

CASO III
 Si bien esta utilización no es tan frecuente como los anteriores, también tiene su injerencia. Cuenta con dos virtudes. Por un lado Muestra desprecio, indiferencia y hace sentir al otro como un "cero a la izquierda". Por el otro, posee la capacidad de generar, y hasta potenciar, el enojo.  

- Me enojo la actitud que tuviste el otro día
- ok 
- ¿No me vas a decir nada?

  (Visto a las 21.40)
- Veo que no, que no me vas a decir nada. Sabes qué... anda a cagar. 
- ok

CASO IV
  En algunas personas mayores es muy frecuente que el OK sea utilizado como un comodín, ya que muchas presentan dificultades a la hora de escribir. Les permite ahorrar tiempo, pero a veces resta en coherencia

- Voy a la casa de Juana. No vuelvo hasta tarde ¿Necesitas que lleve algo?
- ok 

Para terminar, sé que la imagen no tiene mucho que ver con el tema en cuestión, pero los Monsters, Inc me caen simpáticos. 

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