viernes, 16 de agosto de 2013

Un sueño hecho realidad: la vuelta a Boedo

   El 2 de diciembre de 1979 no fue un día como cualquier otro para el pueblo azulgrana. La melancolía dominaba el ambiente, la gente lloraba y recordaba las glorias pasadas. No querían olvidar su historia, ni los esfuerzos realizados por el Padre Lorenzo Massa. Por ese hombre resguardó a los jóvenes y tiñó de pasión futbolera el Oratorio de San Antonio, por ese hombre que gastó sus suelas con tal de conseguirle un hogar a los sueños que aún quedaban por consumar.
   Tanto niños como adultos, tanto mujeres como hombres deseaban que todo fuera una pesadilla. Esperaban que la ordenanza del intendente Osvaldo Cacciatore se esfumara, que el Gasómetro no cerrara. Pero nada de ello ocurrió. Las puertas no volvieron a abrir, la pelota no corrió más, los tablones dejaron de temblar y Boedo perdió parte de su identidad.
  La tierra santa fue invadida por dinosaurios, que enterraron la esperanza e hicieron desaparecer los sacrificios de los socios fundadores bajo el mote de “reordenación urbana”. Una reordenación que apuntó a la apertura de las calles Muñiz y Salcedo, pero que terminó derivando en una farsa. Pues el proyecto nunca se llevo al cabo y los terrenos fueron vendidos a una sociedad fantasma, que se encargó de hacer un gran negocio con ellos.
  Ante semejante injusticia, los hinchas del Ciclón no se quedaron con los brazos cruzados y lucharon contra la corriente. Es más, juraron que no pararían hasta recuperar aquello que tanto les pertenecía: “San Lorenzo te voy a alentar la vida entera, desde el cielo te voy a seguir cuando me muera, no me voy a separar de vos porque te quiero y te juro que no voy a parar hasta volver a Boedo”.

   Fue entonces cuando los anhelos de los Forzosos de Almagro cobraron vida, fue entonces cuando Scaramusso y Federico Monti resurgieron de las cenizas. Es que por medio del esfuerzo y el apoyo de unos cuantos políticos, se impulsó la ley de Restitución Histórica, que tenía como principal objetivo restaurar lo que en otra época supo ser conocido como “contención social”.
   Mediante convocatorias multitudinarias, marchas espontáneas y un gran apoyo del mundo futbolero, los matadores convirtieron la ilusión en realidad, cumplieron con sus palabras o, mejor dicho, con lo que prometieron. Ellos habían jurado que no iban a parar hasta volver a Boedo... Y finalmente el 15 de noviembre lo hicieron.

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