
Tanta es la admiración que siento hacia Fontanarrosa que tengo casi toda la colección de sus cuentos, aunque debo admitir que todavía me quedan unos cuantos por leer. Por otra parte, confieso que parte de mi simpatía a Rosario Central se debe a él, a ese fanático que llenó de identidad al "canaya"*.
Acá les dejo el fragmento de uno de sus cuentos, para que se entienda mejor a lo que apunto...
" Puto el que lee esto
Nunca encontré una frase mejor para comenzar un relato. Nunca, lo juro por mi madre que se caiga muerta. Y no la escribió Joyce, ni Faulkner, ni Jean-Paul Sartre, ni Tennessee Williams, ni el pelotudo de Góngora. Lo leí en un baño público en una estación de servicio de la ruta. Eso es literatura. Eso es desafiar al lector y comprometerlo. Si el tipo que escribió eso, seguramente mientras cagaba, con el cortaplumas sobre la punta del baño, hubiera decidido continuar su relato, ahí me hubiese tenido como lector consecuente. Eso es un escritor. Pum y a la cabeza. Palo y a la bolsa. El tipo no era, por cierto, un genuflexo dulzón ni un demagogo. 'Puto el que lee esto', y a otra cosa. Si no te gusta bien y si no también, a otra cosa, mariposa. Hacete cargo y si no, jodete"
*No está mal escrito, es así como se lee. No es lo mismo canalla que canaya. La imagen lo dice todo
1 comentario:
En una tarde cualquiera, por sus pagos, después de volver a ver El Asadito, el negro se fue al bar. Su bar. Se sentó y no tardó en caer la banda. Entre café y alguna que otra ginebra, porque siempre en su grupo estaba el que de queruza se la empinaba, el negro dijo una frase entreverada con el camelo del que la tiene lunga... "¿A ustedes les parece que yo tenga que quedar en la historia por decir dos malas palabras en una reunión de las letras? Y Daniel Rabinovich que como siempre entre ensayos se pegaba una escapada le contestó con un dejá de joder negro y dibujate un Boogie. Medieval Times para todos, que él mira y sigue pateando las baldosas entre las hojas del libro que nos falta a todos. Salud!
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