El 2 de diciembre de 1979 no fue un día como cualquier otro para el pueblo azulgrana. La melancolía dominaba el ambiente, la gente lloraba y recordaba las glorias pasadas. No querían olvidar su historia, ni los esfuerzos realizados por el Padre Lorenzo Massa. Por ese hombre resguardó a los jóvenes y tiñó de pasión futbolera el Oratorio de San Antonio, por ese hombre que gastó sus suelas con tal de conseguirle un hogar a los sueños que aún quedaban por consumar.
Tanto niños como adultos, tanto mujeres como hombres deseaban que todo fuera una pesadilla. Esperaban que la ordenanza del intendente Osvaldo Cacciatore se esfumara, que el Gasómetro no cerrara. Pero nada de ello ocurrió. Las puertas no volvieron a abrir, la pelota no corrió más, los tablones dejaron de temblar y Boedo perdió parte de su identidad.
La tierra santa fue invadida por dinosaurios, que enterraron la esperanza e hicieron desaparecer los sacrificios de los socios fundadores bajo el mote de “reordenación urbana”. Una reordenación que apuntó a la apertura de las calles Muñiz y Salcedo, pero que terminó derivando en una farsa. Pues el proyecto nunca se llevo al cabo y los terrenos fueron vendidos a una sociedad fantasma, que se encargó de hacer un gran negocio con ellos.
Ante semejante injusticia, los hinchas del Ciclón no se quedaron con los brazos cruzados y lucharon contra la corriente. Es más, juraron que no pararían hasta recuperar aquello que tanto les pertenecía: “San Lorenzo te voy a alentar la vida entera, desde el cielo te voy a seguir cuando me muera, no me voy a separar de vos porque te quiero y te juro que no voy a parar hasta volver a Boedo”.
Fue entonces cuando los anhelos de los Forzosos de Almagro cobraron vida, fue entonces cuando Scaramusso y Federico Monti resurgieron de las cenizas. Es que por medio del esfuerzo y el apoyo de unos cuantos políticos, se impulsó la ley de Restitución Histórica, que tenía como principal objetivo restaurar lo que en otra época supo ser conocido como “contención social”.
Mediante convocatorias multitudinarias, marchas espontáneas y un gran apoyo del mundo futbolero, los matadores convirtieron la ilusión en realidad, cumplieron con sus palabras o, mejor dicho, con lo que prometieron. Ellos habían jurado que no iban a parar hasta volver a Boedo... Y finalmente el 15 de noviembre lo hicieron.
viernes, 16 de agosto de 2013
domingo, 4 de agosto de 2013
Los jajaja "no me hago cargo de lo que digo"
Me he quedado pensando en el análisis que realice de los "jajaja" y descubrí que deje pasar uno de vital importancia. Pues no solo aparece con bastante frecuencia en nuestra cotidianidad, sino que también se toma el trabajo de hacer mas livianas algunas palabras que utilizamos...
- Te tengo que decir una cosa
- Dime
- Te doy jajaja
(Claramente acá el "jajaja" lo que hace es funcionar como colchón, de manera tal que si no hubiera agua el golpe fuera menos duro).
Opción 1:
- Me lo decís en serio? Porque yo... - ehhh no. Por si no viste puse "jajaja". Era un chiste
Opción 2:
- Yo también.
Finalmente, lo único que me queda por decir es que estos son los "jajaja" mejor utilizados. Así que... para otra historia quedaran los "jejeje" y su connotación pervertida.
Enviado desde mi BlackBerry de Personal
- Te tengo que decir una cosa
- Dime
- Te doy jajaja
(Claramente acá el "jajaja" lo que hace es funcionar como colchón, de manera tal que si no hubiera agua el golpe fuera menos duro).
Opción 1:
- Me lo decís en serio? Porque yo... - ehhh no. Por si no viste puse "jajaja". Era un chiste
Opción 2:
- Yo también.
Finalmente, lo único que me queda por decir es que estos son los "jajaja" mejor utilizados. Así que... para otra historia quedaran los "jejeje" y su connotación pervertida.
Enviado desde mi BlackBerry de Personal
viernes, 12 de julio de 2013
Los jajaja y sus múltiples interpretaciones
El que emite aquella mágica expresión sabe
con qué sentido lo hace, pero el que la recibe no necesariamente la comprende.
Es que más allá de que algunos hagan oídos sordos o tengan problemas de
entendimiento, los “jajaja” tienen múltiples interpretaciones. A veces
simplemente decoraran el ambiente, otras
veces se llenan de emotividad y esconden un terrible mensaje subliminal.
Todo depende del contexto y de sus formas. Por eso, con el objeto de evitar
futuras malas interpretaciones, brindaré algunas pautas para interpretar a ese
conjunto de letras que en más de una oportunidad nos supo dar un buen dolor de
cabeza.
Según el contexto
Caso 1
Un clásico son los “jajaja” que funcionan
como adornos, que no ejercen ninguna clase de influencia. Su presencia no suma,
pero tampoco resta. De esta manera, así como están pueden no estarlo.
-
Hola
-
Hola
-
¿Cómo
andas?
-
Bien
¿vos?
-
Bien
¿Qué hacías?
-
Nada,
al pedo jajaja
Caso 2
En
sintonía con el caso anteriormente mencionado, cuando aparecen los excesos,
surgen los “jajaja” crónicos. Estos no cumplen ningún rol en la conversación,
pero al aparecer más seguido de la habitual generan molestias e incitan a la
violencia.
-
Hola
-
Hola
jajaja
-
¿Cómo
andas?
-
Bien
jajaja ¿Vos?
-
Mal. Se
murió mi abuela
-
Uhhh
jajaja garrón
-
No se
de qué te reís. No es gracioso lo que te estoy contando
-
Jajaja
Es cierto
-
Y
seguís…
-
Jajaja
Caso 3
Otros “jajaja” utilizados con bastante
frecuencia son los que detrás esconden un “te corto el rostro”. Su lectura
varía de acuerdo a la situación. Pueden ir de lo más amistoso a lo más
agresivo. De ello depende la persona que está en juego o su capacidad de
percepción.
-
¿En qué
andas? ¿Qué hacías?
-
Nada.
Descanso
-
¡Qué
lindo! Seguro estás divina con el pijama y toda despeinada…
-
jajaja (uhhh
pobre boludo)
-
Y
encima te reís… ya te imagino con esa hermosa sonrisa y me derrito
-
Jajaja (sos un
forro y con ganas)
-
No te
rías, te lo digo en serio
-
Jajaja (Deja de hablarme. No me interesas ni vos,
ni lo que me estás diciendo)
-
Mejor
seguí riéndote. Tu risa es como música para mis oídos
-
Jajaja
(@%#$#&@%$#)
Caso 4
Dentro de la familia de los “te corto el
rostro”, están los “jajaja” que tienen por objeto terminar la conversación
acomode lugar.
-
Hola
-
Jajaja
-
¿Cómo
andas?
-
Jajaja
-
Yo bien
¿Qué hacias?
-
Jajaja
Según su forma
No
todos los “jajaja” son decorativos, ni tienen un significado oculto. Algunos
son sinceros. Sin embargo, cuando ello ocurre su estructura se ve modificada.
Pues la risa se apodera del cuerpo y la emoción desborda los dedos.
-
Era
como fantasmas… Buuuuu
- O____O Me
imagino el terror
-
jajajjajajajajajajjjjaaajaj
Caso 2
Por el camino de la estructura modificada,
también están los “jajaja” intensos. Estos son los que aparecen con mayúsculas.
Es importante aclarar que, depende la persona de que lo emite, pueden ser
verdaderos o exagerados.
-
Vos
sabes que ayer comí una aceituna
-
Noo
JAJAJAJJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJJAJAAJAJAJAJ
-
Creo
que no fue para tanto
-
JAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJ
puede ser
Los casos no se agotan, no son solamente estos.
Hay muchos más. Pero les permito utilizar las neuronas e interpretar los “jajaja”
de acuerdo a las circunstancias. Eso si… cuando la
conversación se corta, se corta.
viernes, 5 de julio de 2013
El cine y todo un mundo de sensaciones
Afortunadamente no soy muy fanática del cine. Ojo, me gusta,
pero no soy de esas personas que hacen de él su segundo hogar, de esas personas
que de tanto ir ya se conocen al señor que atiende en la boletería. Bueno, tal vez exagere un poco… Volviendo al tema, quisiera
hacer hincapié en el “afortunadamente”, para evitar así cualquier clase de
malentendido. Pues no soy ninguna resentida social, ni me abstengo al arte del
mundo cinematográfico. Mi problema pasa por otro lado: por las formas de consumirlo.
El otro día tenía ganas de ir al cine, lo que
no tenía era el “con quién”. En ese preciso instante pensé “ya fue, me mando sola”. Sin embargo,
después de un análisis exhaustivo, desistí. Lo primero es lo primero. Ante todo
se debe evitar el mal momento o, mejor dicho, los malos momentos. Es que ver
una película en esas condiciones es todo un proceso que va más allá del
sentarse frente a una pantalla gigante y comer pochoclos a cuatro manos.
La situación no es nada
sencilla. Primero se compra la entrada, la ÚNICA entrada. Esa que te hará ganar
la compasión de aquel que te la vendió
-
Buenas noches ¿En qué puedo servirle?
-
Buenas noches. Si,
quisiera una entrada para ir a ver...
-
¿Una entrada?
-
Si, una entrada
-
Ahhhh, la otra ya la compraron
-
¿Qué otra?
-
La otra entrada
-
Pero si vengo sola.
-
Uhh, perdón
Una vez consumada esa etapa, la etapa de los
ojos lastimosos, queda la de realizar la fila y… ¡Qué momento! Uno está ahí
solo, como un idiota, esperando que esa vendita puerta se abra, y alrededor hay
miles de pajeras felices que te miran como diciendo “Ay pobreeeee”. No, pobre las pelotas ¿Para qué quiero la
compañía de alguien si no vengo al cine a hacer sociales?
Luego,
una vez finalizada la película, salen a la luz millones de pensamientos, se
descubre el ABC de la cuestión y la soledad te da terrible cross ¿Por qué
ocurre? Porque por alguna extraña razón uno tiene esa pelotuda necesidad de
comentar lo que vio ¿Con qué sentido? Todavía no lo sé. No creo que cambie
mucho la historia repasar lo que sucedió a lo largo de esas dos horas. Es mejor
guardárselo como tema de conversación para una futura presa.
En fin, ni
mencionar la infinidad de conclusiones que vienen con el transcurso del tiempo…
Solo haré énfasis en una. Al principio dije que los que iban mucho al cine llegaban a conocer al que atiende en la boletería. Tal vez la solución está ahí, en ir más seguido y convertir al señor boletero en un terrible acompañante. Incluso hasta se podría conseguir entradas gratis. Por eso digo... Cine allá vamos.
Solo haré énfasis en una. Al principio dije que los que iban mucho al cine llegaban a conocer al que atiende en la boletería. Tal vez la solución está ahí, en ir más seguido y convertir al señor boletero en un terrible acompañante. Incluso hasta se podría conseguir entradas gratis. Por eso digo... Cine allá vamos.
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